Cuando llegamos a una pista a
jugar debemos observar el estado en el que se encuentra el suelo, ya que este
influirá en nuestro juego. Así como si dentro de una misma cancha hay áreas con
diferentes características; zonas más gastadas, como suele ser las de saque o
con más arena, como junto a las paredes y esquinas. También debemos de tener en
cuenta la humedad del suelo.
La mayoría de los suelos que encontramos
son de moqueta, sea cual sea su color. También existen de quick, aunque en
España casi no se ven, pero ten en cuenta que si juegas en alguna con este tipo
de material la pelota botará bastante ya que es una superficie dura y porosa.
¿Qué hacer en cada caso?
Si está muy usado, habrá zonas
con el pelo muy corto, incluso zonas completamente gastadas que pueden resbalar.
Ahí la pelota no botará bien.
Si está muy nuevo, su pelo
estará muy levantado y esto hará que el juego sea más lento, ya que el bote de la
bola será amortiguado.
Si tiene demasiada arena, corres
el riesgo de resbalarte. Tenlo en cuenta a la hora de realizar los movimientos,
en las arrancadas y frenadas, es muy importante llevar unas zapatillas con un
buen agarre.
Si está muy húmedo, la bola resbala
y a lo largo del partido la pelota se irá mojando, esto hará que coja peso y el
bote sea más bajo.
Durante el peloteo previo al
partido es importante que te fijes en el estado de la pista y en los movimientos
que realiza la bola; si los botes son cortos o si sale rápida, para adaptarte a
las características del suelo. También has de tener en cuenta como desarrollar
tu juego para evitar posibles lesiones o caídas.
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